Les hemos brindado numerosas recetas conteniendo puerros; como arroz con puerros, sopa de arvejas con puerro, sopa de cebollas y puerros, ensalada de puerros, tarta de puerros y tortilla de puerros. Ahora les decimos por qué tienen que consumir esta rica verdura, que será recibida de muy buen agrado no solo por su paladar sino por el resto de su organismo.

Utilizado en Egipto, en la mesopotamia asiática y por los antiguos romanos, sirvió para calmar las hambrunas sufridas por los pueblos medievales, y hoy su consumo se ha extendido en el mundo.

El bulbo blanco, y las hojas verdes y alargadas del puerro (elegir al comprar los más tiernos de color verde oscuro y sin manchas) poseen muchas propiedades medicinales: baja la presión arterial, reduce el colesterol, es diurético (por la abundante agua que lo compone), laxante (por sus abundantes fibras) y contribuye a mejorar la circulación sanguínea, siendo además, recomendado para infecciones respiratorias. Es remineralizante, por lo cual resulta muy positivo su consumo en casos de artritis.

Colocado en forma externa sobre heridas, contribuye a su cicatrización.

Cada 100 grs. de puerro aportan aproximadamente 30 calorías (siendo entonces adecuado en dietas para adelgazar), 2 gramos de proteínas y 3 gramos de fibras. Su contribución en potasio es elevado (260 mg.), siempre por 100 gramos. Contiene además fósforo, magnesio, selenio, calcio, folatos y vitaminas (C, y B6).