Tala de árbolesEs importante la labor del hombre sobre la naturaleza ya que es el único ser capaz de modificarla en su provecho, pero cuando esta acción se vuelve exagerada, movida por mezquinos intereses económicos, sin tener en cuenta que todo en lo que nos rodea está en un perfecto equilibrio, éste se rompe, poniendo en riesgo, el presente, y sobre todo, el futuro del planeta.

La madera de los árboles han sido usadas desde tiempos remotos para construir embarcaciones, casas, herramientas y como combustible, hasta que en este último caso, fue reemplazada por el carbón, pero siempre en la medida de las necesidades de cada grupo social.

La deforestación en el mundo globalizado, supone el comercio masivo, además de la quema de grandes extensiones de bosques para usos agrícolas o ganaderos, que se extienden estas quemas, aún a otras zonas. Estos bosques no tienen chance de recuperación, y si la poseen, demandan miles de años.

Con la destrucción de árboles, el clima se vuelve más seco y la atmósfera más contaminada porque el dióxido de carbono no es transformado en aire puro. Sirven además, para la contención de aguas, para proteger el suelo, desvían las lluvias y vientos, regulan la absorción de la tierra, y al ser cortados, provocan que las aguas pierdan su curso natural, y en muchos casos inunden las zonas aledañas.

Cuando se queman o talan los árboles, el carbono que contienen y parte del carbono de los suelos, se oxida, y vuelve a la atmósfera.

Hasta comienzos del siglo XX, los más usados fueron los bosques pertenecientes a zonas templadas, a éstos se añadieron a partir de esa fecha los bosques boreales y tropicales, siendo estos últimos los más explotados en la actualidad.

A partir de 1980, se duplicó la destrucción de las selvas tropicales. Por ejemplo, en la selva amazónica, esas tierras son destinadas a la agricultura itinerante. En América central se las destina fundamentalmente a la cría de ganado.

Destruir los bosques es apostar a la muerte, y si en esta sociedad consumista se piensa en ganancias, también se está perdiendo, pues son fuente importante de ingresos, ya que de ellos se obtienen resinas, alimentos, hongos, bambú, miel y sustancias farmacéuticas, campo este último aún no explotado íntegramente, y que podría esconder en esos bosques que el hombre destruye, la cura a muchas enfermedades que azotan a la humanidad.