Nos preocupamos mucho por tener nuestro hogar libre de gérmenes y bacterias, pero los productos que usamos pueden ser muy contaminantes por contener amoníaco, alcohol etílico o lejía entre otros. En ocasiones resultan un gran aliado pues es difícil desengrasar o quitar manchas o desinfectar sin su ayuda, pero deben usarse con gran precaución, solo en casos indispensables y sin tomar contacto con la piel ni inhalarlos.
A la hora de elegir para comprar en el mercado, debemos escoger algunos productos rotulados como biodegradables, para no afectar el ambiente.

Algunos truquitos permiten usar productos más naturales y dejar los otros solo para ocasiones extremas.

Para enjabonar usar jabones naturales. El jugo de limón mezclado con bicarbonato de sodio o vinagre es eficaz como desodorante ambiental. El aceite de árbol de té da una fragancia exquisita y es muy usado en aromaterapia.

Hervir vinagre en la pava le quita el sarro. El vinagre es muy bueno para limpiar los sanitarios, dejándolo que actúe varias horas (preferentemente a la noche cuando no se usan).

Si disolvemos en agua vinagre y limón y lo clocamos en un vaporizador puede resultar un gran limpia vidrios.

Para limpiar el horno conviene que prepares con bicarbonato de soda y agua una pasta y lo dejes actuar toda la noche, para retirar al día siguiente.

La lavandina es un poderoso desinfectante, ideal para baños y pisos, pero que debe usarse con cuidado pues es muy irritante. Utilizar guantes de goma, y no mezclarla ni con vinagre ni con detergente.