propiedades-del-rosalExisten entre los rosales, muchos tipos, nos ocuparemos de la variedad del rosal silvestre “rosa canina” y del rosal propiamente dicho o “rosa centifollia”.

El primero es un arbusto de tallos delgados, altos (puede alcanzar los tres metros) y espinosos, con flores de colores variados, cuya utilidad proviene especialmente de sus pétalos, pero también son aprovechables sus hojas, flores y fruto. Contiene vitamina A, carotenos, ácido gálico, flavonoides y materias gomosas.

Las flores contienen taninos, lo que les concede sus efectos astringente y antidiarreico. Los flavonoides se alojan en el fruto o “escaramujo”, rojo y carnoso, con efecto diurético y de protección contra la fragilidad capilar. Los frutos contienen vitamina B y especialmente vitamina C.

Brindan efectos benéficos para combatir la obesidad, la cistitis; y en forma de cataplasmas de té frío, por ser desinflamatorio y desinfectante, combate los edemas y sana las heridas.

Los frutos se consumen frescos secados, o en mermelada, las hojas en forma de infusión al igual que las flores, preparándose con una cucharadita pequeña de ellas, a las que se agrega agua hervida en una taza.

De la rosa centifollia se usan los pétalos que contienen taninos que son cicatrizantes y desinfectantes. Los pétalos además de taninos contienen aceites esenciales con función antiséptica

Se consume internamente como infusión, polvo, miel rosada o vinagre de rosas y externamente se aplica la infusión tibia como cataplasmas o compresas, o haciendo buches, gargarismos o lavados vaginales.

Las dos variedades mencionadas y la llamada rosa gallica o rosal castellano se usan para preparar agua de rosas, esencia que se logra destilando sus pétalos, con propiedades energéticas y afrodisíacas, colocando un chorrito en el agua de baño; y utilizada también para limpieza de la piel.