El cilantro es el nombre popular de una hierba anual, de flores pequeñas color blanco y de frutos aromáticos, conocidos como coriandros, que científicamente es llamada Coriandrum sativum, posiblemente originaria del sur europeo y el norte africano. En Perú y Honduras se la denomina culantro, en Brasil se la conoce como coentro, y en Paraguay como kuratu (nombre de origen guaraní).

Lo usado de esta planta son sus hojas frescas y frutos secos. Estos últimos al molerse aportan un aroma a frutas cítricas por lo que se usan como condimento, por ejemplo para hacer café aromático. En forma de aceite esencial tiene uso en perfumería, como bactericida y en la aromatización de licores.

Las hojas frescas picadas se pueden añadir a los platos, especialmente los que son a base de arroz, o usarlos en la decoración de los mismos sin cocción. En Panamá se las usa en guisos y sopas; en México para elaborar guacamole o salsa verde, en Ecuador en el locro de papas.

Pueden conservarse las hojas frescas en la heladera, por unos días, en envase hermético pero no debemos congelarlas.

En cuanto a sus propiedades saludables, podemos mencionar:

Masticar hojas de cilantro frescas, ayuda a combatir la halitosis y el jugo que se extrae de ellas y de los tallos, evita el mal olor de las axilas.

Consumir hojas de cilantro frescas para condimentar nuestras comidas tiene un gran poder antioxidante, estimulan y facilitan la digestión, combaten el insomnio, mejoran la circulación sanguínea y al tener la capacidad de adherirse a los metales tóxicos, pueden colaborar a su desintoxicación si ese fuera el caso. Se destacan su aporte en vitaminas A, C, E y K. Los minerales que más provee son el calcio, el potasio, el fósforo y el magnesio (recordar usarlas sin cocinar).

Los coriandros (frutos) sí son aptos para cocinarse, y su jugo puede ser usado como anti bacterial, en caso de catarros y para reducir el colesterol.