Propiedades de la vitamina KLa vitamina K o también llamada K1, K3, Filoquinona, Menaquinona o Menadiona, es elaborada en el intestino de los mamíferos, entre ellos, el hombre, y se halla en muchos alimentos. Su principal función es la de tomar intervención para que se produzca la normal coagulación sanguínea y como formadora de glóbulos rojos. Es soluble en lípidos o grasas, pero no en agua.

El Bioquímico Carl Peter Henrik Dam, de origen danés, que vivió entre los años 1895 y 1976, estudió una enfermedad hemorrágica en los pollos, en 1935, la que pudo curar con una sustancia liposoluble que obtuvo de las hojas de alfalfa, denominándola vitamina K, por el vocablo danés “koagulation”. Por este hallazgo obtuvo en 1943 el Premio Nobel de Medicina. En la actualidad se ha logrado sintetizarla en laboratorio.
Entre 100 y 120 miligramos por día se deben consumir para no padecer carencias, y se almacena en el cuerpo. Sin embargo es frecuente que no posean suficiente vitamina K los bebés al nacer, y sean propensos a las hemorragias.

La podemos hallar en muchos alimentos, como el aceite de oliva, de soja y de algodón; en el perejil, la albahaca, las acelgas, espinacas, coles, kiwi, soja, bananas. Entre los alimentos de origen animal, contienen vitamina K, los lácteos y los huevos.

La falta de esta vitamina se expresa en hemorragias abundantes, en las metrorragias femeninas; pero además en problemas cardiovasculares, por el endurecimiento de las arterias que produce la falta de absorción del calcio por no poseer esta vitamina; y por ello también puede ocasionar osteoporosis. Su acción en la prevención del cáncer no está todavía demostrada.

Entre otros usos, externamente es considerada eficaz en el tratamiento de las dermatitis atópica, pues descongestiona la piel y la revitaliza; también se usa para reducir efectos de golpes y hematomas.