Propiedades de la chíaLas semillas de chía, que es una planta herbácea, de sabor suave, eran muy apreciadas en América por los aztecas y mayas, y actualmente, por fortuna, han recobrado su antigua valía, ya que contienen proteínas; aminoácidos esenciales que son los que complementan una dieta vegetariana saludable; Omega 3 en una concentración mayor que cualquier otro vegetal; fósforo; calcio; fibras; hierro; potasio; magnesio y selenio. Si bien no hay un límite mínimo o máximo, una medida normal de consumo es de dos cucharadas diarias.

Su contenido en flavonoides les confiere alto poder antioxidante, aportando además vitaminas del grupo A, algunas del B (B1, B2, B3, B6 y B8) y vitamina E. Son recomendable para todos, especialmente para los niños en etapas de crecimiento, embarazadas, y deportistas, ya que son energizantes, y un alimento muy completo, y no solo para beneficiar a quienes padecen de triglicéridos elevados, que es su efecto más conocido.

Poseen boro, un mineral muy apreciado por quienes sufren de osteoporosis pues ayuda a que el calcio (que también lo contiene en mucha cantidad, cinco veces superior que el que tiene la leche entera) se fije a los huesos.

Las semillas de chía actúan regulando la insulina, por lo cual conserva por más tiempo la energía y previene la diabetes tipo 2.

Especialmente al mezclarlas con algún líquido, que puede ser agua o jugo de frutas por ejemplo, se forma una sustancia gelatinosa, el mucílago, que produce saciedad, por lo cual son efectivas para quienes desean adelgazar, sin comprometer su salud. Ayudan a la regeneración de tejidos y regulan la coagulación.

Además de mezclarse con líquidos, pueden añadirse a tartas, ensaladas, panificados, hacer con ellas hamburguesas o milanesas, etcétera, recomendándose lavarlas bien (puede hacerse colocándolas en un colador de leche y bajo el agua del grifo) y luego disolverlas en líquidos dejándolas en remojo varias horas o toda la noche, si es posible previamente molerlas, para aprovechar mejor todas sus propiedades.