A la hora de condimentar y realzar el sabor de nuestras comidas con un toque de pimienta, que además es muy buena para la circulación venosa (muy recomendable para quienes padecen de várices) y además para quienes sufren de trastornos hepáticos, sin desmerecer que permite reducir el uso de sal; nos surge la duda, de si usar pimienta blanca o negra. En realidad no hay demasiada diferencia, siendo la blanca un poquito más suave, y la negra algo más picante.

La diferencia de coloración se basa en que la pimienta negra, adquiere esa tonalidad y además una consistencia rugosa, cuando se la seca, luego de sacarla aún no madura.

La pimienta blanca se la que se recoge madura y se la pela, macerándola previamente en agua. Las salsas, purés, y comidas en general, con pimienta blanca tienen un sabor más delicado, aunque si queremos que no pique nada, tendremos que utilizar la pimienta rosa.

Si bien habitualmente compramos la pimienta molida, es más sabrosa y conserva más el aroma si la adquirimos en granos y procedemos nosotros a molerla, para lo cual debemos contar con un molinillo, que muchas veces se vende con los granos de pimienta, guardándola luego en frascos herméticos de vidrio.