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Mascarillas caseras para el rostro
El rostro puede lucir cansado, demacrado, con manchas, arrugas, ojeras, acné, etcétera y lógicamente siendo nuestra carta de presentación nos preocupamos por estar lo más lindos posibles, comprando cremas que nos dejan con una sensación de plenitud exterior, pero con las finanzas arruinadas. Es por ello que es bueno conocer las virtudes de ciertos elementos naturales que son mucho mejores y más sanas, que esas costosas fórmulas químicas.
La piel debe estar bien limpia antes de aplicar las mascarillas. El pepino es la reina de las verduras en este sentido. Una rodaja de pepino fresco, si es posible frío sobre los ojos, borra o al menos disminuye las ojeras, y haciendo una mezcla de jugo de pepinos y clara de huevo batida, obtenemos la materia prima para realizar compresas en el rostro para devolverle lozanía, reducir arrugas y mostrarse vital.
Otra gran aliada de la piel es la banana. Podemos hacer con ella un puré y colocarlo en la cara; al retirarla conviene limpiar la piel con agua de rosas.
El jugo de limón es excelente para aclarar las manchas de la piel y reducir el acné, pero no conviene aplicar si su piel es seca. En este caso (de piel seca) recomendamos una mascarilla de ciruelas trituradas, o palta, mezclada con un chorro de aceite de oliva.
La yema de huevo batida o el yogur sin sabor, mezclados con miel, ayudan a recuperar la lozanía de la piel, en cualquiera de sus tipos.
La borra de café combinada con aceite de oliva es un gran exfoliante.
Dejar actuar los productos al menos veinte minutos.
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