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La adicción al trabajo
Como cualquier otra adicción, tenerla con respecto al trabajo, es dedicar a las obligaciones cotidianas demasiado tiempo, de modo compulsivo y sin poder desprenderse de la necesidad de realizar en forma constante esa actividad productiva, exitosa y redituable.
Si bien hay personas que trabajan demasiado no todas son adictas al trabajo, pues muchas de ellas, si tuvieran la posibilidad de escapar de esa condición lo harían, pero la necesidad de sustentar sus necesidades y las familiares, lo hacen imposible. Sin embargo, hay quienes inventan esas necesidades para justificar su adicción y en realidad podrían vivir muy confortablemente trabajando un poco menos, y dedicando a sus seres queridos algo menos de bienestar económico y mayor acompañamiento emocional.
El problema más grave de esta adicción, asociada en general a trastornos obsesivo compulsivos, y a personalidades perfeccionistas, competitivas, autocríticas y responsables; es que socialmente se ve muy bien a la persona que tiene una gran dedicación a su actividad laboral, y recibe elogios por hacerlo, lo que lo estimula aún más, aunque paulatinamente se vaya apartando de sus familiares y amigos, y de toda actividad ociosa o placentera. Fuera del trabajo no sienten ninguna motivación, y por el contrario, se sienten incómodos e irritables. Suelen llevarse el trabajo a la casa o permanecer tiempo extra en su oficina o recinto laboral.
En esa adicción hay grados, pero suele ser progresiva si no se trata a tiempo. La persona se aísla, siempre está estresada, ansiosa y padece de insomnio. Es más frecuente en el sexo masculino, en profesionales y ejecutivos con posibilidades de alcanzar gran reconocimiento; y durante el período donde suelen verse los resultados del esfuerzo físico e intelectual, o sea, entre los 40 y 50 años.
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