El hígado graso o esteatosis hepática es una enfermedad en general asintomática (pueden sin embargo presentarse dolores en el costado derecho superior, pesadez luego de las comidas, cansancio) y en general se diagnostica en forma casual cuando el paciente se realiza por otras causas o por chequeo, exámenes de laboratorio. Para confirmar la enfermedad se debe realizar una biopsia hepática, aunque la ecografía puede aproximar un buen diagnóstico, y no es un examen cruento.

Consiste en la acumulación de grasa o lípidos en el hígado de manera excesiva, por carecer el órgano de capacidad para depurarlos, por problemas metabólicos y puede provocar inflamación. Debe ser tratado pues puede conducir a una cirrosis o a un hepatocarcinoma.

Puede ser ocasionada por el alto consumo de grasas, cambios bruscos de peso, diabetes, o ser consecuencia del alcoholismo o de alguna medicación. Es más frecuente entre las mujeres. Su tratamiento incluye dieta y actividad física.

Entre los alimentos no aconsejados se encuentran la leche de vaca entera, los quesos duros, el alcohol, los embutidos, las masas, los condimentos y los azúcares. Evitar las frituras.

Se debe incrementar el consumo de verduras de todo tipo, cereales integrales, frutas (especialmente el limón), y frutos secos en pequeñas cantidades (por ejemplo 1 nuez diaria).