El deseo humano de lograr la eterna juventud no ha podido cumplirse, pero pueden retrasarse los efectos nocivos del paso del tiempo con una vida sana, que significa alimentación rica en frutas y verduras, beber agua en abundancia, ejercicios físicos moderados, y reducción del stress, de la automedicación, del alcohol, y del tabaco.

En cuanto a los alimentos, se aconseja consumir aquellos que son enemigos de los radicales libres, y que poseen para ello antioxidantes. ¿Cuáles son? Los cereales, las frutas cítricas (naranjas y pomelos), las manzanas, bananas, frutillas, sandía, duraznos, uvas y pasas, nueces, espinacas, brócoli, coliflor, zanahorias, soja, remolacha, ajo, pepino, apio, calabazas, patatas y lechuga.

La Environmental and Experimental Botany ha hecho público un descubrimiento, obra de los investigadores del IBMCP (Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas) por el cual aparece el tomate, cuyas múltiples propiedades ya hemos analizado, como un gran antioxidante través de una sustancia fenólica que la planta de tomate puede sintetizar, y que resulta mucho más potente y efectivo que el de las vitaminas E y C.