Alimentación por edadesLas necesidades alimentación no son las mismas a lo largo de la vida, y conviene saber esto para crecer sanos y fuertes, y luego envejecer del modo más natural, lento y alejando los sufrimientos y dolores, propios del paso del tiempo. Nos referiremos a alimentación vegetariana.

Hasta el sexto mes de vida, y salvo indicación pediátrica el pequeño debería solamente consumir la leche de su mamá, que reforzará sus defensas y permitirá el desarrollo óptimo de su sistema nervioso.

Las primeras comiditas en forma de papillas, se introducen a partir del sexto mes. Puré de manzanas y bananas serán las primeras, y luego se irán anexando ciertas verduras como calabaza, zapallo, zanahorias, y luego papas y espinacas, siempre como purés. Trocitos de tofu son en general bien aceptados y es un elemento que en los vegetarianos no debe faltar durante toda la vida. La leche materna puede continuar siendo aprovechada con sus múltiples beneficios.

A partir del año, ya el niño puede masticar e ir conociendo el sabor y textura de otros alimentos, sin dejar de lado jamás las frutas y verduras, pero ahora podremos añadir arroz, pastas, milanesas de soja, legumbres y huevos (si la familia consume este producto animal).

Cuando ya tenemos que alimentar a un niño de entre tres y cinco años, ya puede compartir todos los alimentos familiares. No dar muchas golosinas, y preferir las frutas a los postres. En este sentido, la familia debe dar el ejemplo, ya que el nuevo integrante copiará la actitud de los adultos. Ofrecerles platos de sabores y colores variados, despertará su apetito y su gusto por la comida sana y natural, si observa que todos los comensales la comparten.

Ya en la etapa escolar, a partir de los 6 años, hay mayor requerimiento por el desgaste físico y mental. Debemos empezar a educarlos en iniciar el día con un buen desayuno, que incluya lácteos (si la familia los consume) o jugos de frutas, mermeladas y cereales.

Tampoco creer que una buena alimentación consiste en comer mucho, lo que importa es la calidad de los nutrientes consumidos. Si combinamos verduras (en especial, tomates, brócolis, zanahorias, zapallo, patatas y espinacas) legumbres, frutos secos, cereales y frutas, sin duda aportaremos una correcta alimentación.

Esta misma alimentación puede continuarse durante toda la vida, aunque en la niñez y la adolescencia, se permite alguna vez por semana consumir frituras (por ejemplo, papas fritas) lo que debe restringirse en la edad adulta y suprimirse en la vejez, donde solo deben consumirse alimentos crudos, hervidos o asados. Las salsas también son placeres que deben ir restringiéndose en forma paulatina, como los dulces y chocolates. Acostumbrarse desde chicos a consumir alimentos sin sal o con muy poca, es importante, ya que será muy malo en la adultez.

Recordar que la ingesta de calcio, presente en muchas verduras como los brócolis, las espinacas, coles, cebollas y berro desde niños, contribuirán a evitar la osteoporosis en los adultos. A medida que se crece baja la necesidad de incorporar alimentos calóricos y con hierro.