Propiedades del vinoEl vino proviene de la fermentación alcohólica del jugo de uvas. Discutido hasta el cansancio sobre si daña o no a la salud, fue prohibido por ciertas religiones como el islam.

Fue aceptado por otras, como el cristianismo, donde consta en el propio Evangelio, que Jesús transformó el agua en vino (aunque algunas religiones cristianas no católicas también lo proscriben, como los metodistas y los mormones). Entre religiosos, médicos y particulares, la discusión continúa.

El problema fundamental del vino es que puede generar adicción.

Hasta dos vasos por día, son incluso recomendables para una vida sana, pero más de eso puede ocasionar daños cerebrales, nerviosos y hepáticos. Además eleva la presión arterial y es causante de muchos accidentes de tránsito.

Los vinos son productos vegetarianos, aunque algunos contienen sustancias derivadas de animales, como gelatinas, albúminas o caseínas. Para alegría de algunos vegetarianos deseosos de acompañar sus comidas con un vino, han aparecido a la venta vinos orgánicos y vegetarianos, que no contienen ningún derivado químico, ni animal, respectivamnte.

Como defensa, sobre todo, el vino tinto, que es el que no pierde la capa que cubre la uva, eleva el colesterol «bueno» o HDL, y es un antioxidante, por sus polifenoles y flavonoides, aunque no tiene muchas otras propiedades nutricionales, aportando fundamentalmente calorías, por lo que no es bueno en dietas para adelgazar.

Un consejo: si toma, que sea poco. No es indispensable. Si incluimos en nuestra dieta vegetariana verduras y frutas, incluyendo las uvas, no necesitaremos del vino, salvo que a alguien le ocasione un placer degustativo, que como tampoco está nada mal, se lo permitiremos. Pero, por favor, no más de dos vasos de 150 cm 3 cada uno.