Desarrollo sustentableLos pueblos tienen un derecho insoslayable al progreso. El ser humano desde sus primeros tiempos utilizó los recursos naturales para su propio bienestar y provecho, y eso hizo a su cultura, a su modo de vida y a su confort.

Vivir cada vez más confortablemente, sin embargo, no es vivir cada día mejor, si en su afán de progreso material deja de lado la protección del medioambiente y por lo tanto, descuida el hogar común de la humanidad y de los seres vivos en general.

Hay una diferencia sustancial entre aprovechar los recursos razonablemente, reinvirtiendo y manteniendo lo que se sacó, evitando contaminar, y en usarlos hasta agotarlos, degradarlos y contaminarlos, sin tener en cuenta a nuestros congéneres y sobre todo a las generaciones futuras.

En eso se basa el desarrollo sustentable, en usar cuidando, sin agotar lo que la naturaleza nos ofrece.

La población crece y con ese crecimiento, también se incrementa la demanda de bienes de consumo y de recursos energéticos, lo que exige un urgente cambio de actitud, si queremos conservar este planeta. El petróleo, el carbón y el gas, serán un recuerdo dentro de uno o dos siglos, por lo cual hay que prever la utilización de otras fuentes de energía y no derrochar las existentes.

Las aguas de los ríos ya no serán aptas para el consumo si siguen tirando en ellas desechos industriales, o se producen derrames de petróleo.

Las empresas deben realizar una evaluación del impacto ambiental de su actividad, no producir contaminantes más allá de lo que pueda reciclarse o neutralizarse, sustituir el uso de recursos no renovables por otros renovables y usar éstos con moderación, etcétera.

En 1987, la Organización de las Naciones Unidas presentó un informe sobre este tema, pidiendo erradicar o al menos disminuir la pobreza y mejorar la tecnología, entendiendo que situación socioeconómica y medio ambiente se relacionen profundamente.