La contaminación por basuraNo hemos tomado aún suficiente conciencia de lo que sucede cuando arrojamos la basura sin ningún tipo de cuidado, pues no es solo la estética lo que estamos arruinamos en los espacios públicos, sino que contaminamos.

Si tiramos restos de comida, puede con ello proliferar la población de roedores, y ser fuente de enfermedades al acumularse bacterias o virus, que van al aire o al suelo. Si la quemamos, contaminamos la atmósfera, y si llueve, pueden ser arrastradas las basuras, a ríos o al mar, y contaminar las aguas. Ni qué hablar de los residuos sanitarios, que requieren normas especiales para su eliminación, pues son altamente peligrosos, sobre todo si contienen jeringas, guantes, gasas, etcétera ya usadas. Cuando tiramos pilas agotadas, debemos recordar que contienen cadmio y mercurio, que son muy contaminantes.

Es muy conveniente enseñar desde la casa y en la escuela, los modos de reciclar las basuras inorgánicas o tirarlas en bolsas especiales, separadas de los residuos orgánicos para que lleguen a lugares especializados en reciclaje. No usar envases no retronables, o si los usamos, separarlos en bolsas identificadas para ser materia de reciclaje.

Esto a nivel de los ciudadanos, pero a nivel público el esfuerzo tampoco es demasiado grande. Algunas ciudades tienen rellenos sanitarios, donde los residuos reciben tratamiento, siendo compactados y enterrados para no producir daño al medio ambiente. Sin embargo hay muchas otras, donde proliferan los basurales a cielo abierto, sin ningún tratamiento, afectando al medio ambiente con un impacto negativo tremendo; y donde a menudo se ve a personas recogiendo cosas que creen que les sirven, e incluso alimentos, poniendo en grave riesgo su salud.

El derecho a un ambiente sano, nos corresponde a todos, pero también la obligación de preservarlo para nosotros mismos y para nuestras futuras generaciones.