Los vegetarianos seguimos avalando nuestra postura, ya que un estudio publicado en la revista «Cambio Ambiental Global», efectuado por el Instituto para la Investigación del Cambio Climático, de Postdam, dirigido por Alexander Popp, aseguró que si se consume menos carne y leche, se reduciría para el año 2055 el 80 % la emanación de gases contaminantes, metano y óxido de nitrógeno, que se ocasiona al fertilizar los campos para alimentar a los animales, en el ámbito agropecuario.

Esto no hace más que confirmar otros estudios anteriores sobre el tema, que aseguran que la actividad ganadera es aún más contamiente que la del transporte vehicular, por su gran emisión a la atmósfera de dióxido de carbono.

La FAO en el año 2006, en su reporte «Livestock Long Shadow» señaló que la contaminación ganadera no se limita al aire, sino que también abarca la tierra y las aguas subterráneas.

Además de la actividad ganadera, la emisión de gases parte también de los propios animales, ya que los gases contaminantes provienen del estiércol, y los gases intestinales del mismo ganado.