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¿Ser vegetariano es una religión?
Cabe aclarar que para ser religión debe predicarse la alabanza a un Dios, de lo contrario un conjunto de ideas y valores componen una forma de vivir, una filosofía de vida.
El vegetarianismo en sí no es una religión, en algunos casos es parte de una filosofía de vida; en otros, solo es parte de una dieta saludablemente elegida para honrar el propio cuerpo, o adoptada por prescripción médica.
En el hinduismo (religión) y en el budismo (filosofía) constituye el vegetarianismo parte de sus preceptos En la tradición religiosa judeo-cristiana y entre los musulmanes, solo en algunas épocas del año se suele vedar el consumo de carne, o de algunos tipos, como la de cerdo por parte de los judíos o el modo de sacrificar al animal (kosher) poniéndose al hombre en general por encima del resto del mundo animal. Esto no significa que un judío, cristiano, musulmán, agnóstico o ateo no puedan ser vegetarianos (dejando de lado a los que lo hacen por cuestiones de salud) por convicción personal, pues no dañar a la naturaleza, no comer a quienes conforman el reino al que pertenecemos, amar a nuestros semejantes (animales incluidos) no tiene absolutamente nada que ver con la creencia de que existe un Dios creador, sino con un sentimiento interior que mueve a amar, a honrar la vida, y a no matar ni aceptar que otros lo hagan, cuando es posible evitarlo, sustituyendo la carne por productos vegetales.
Ser vegetariano es comer vegetales y no consumir cadáveres. Algunos más estrictos, los veganos, no aceptan tampoco en su dieta, leche y huevos, por las condiciones terribles en que se cría a estos animales, sin ningún respeto por sus necesidades y solo para saciar las necesidades humanas.
1 comentario/s hasta el momento
5 de junio de 2014 a las 1:17 pm
Claro que es una religión, con sus talibanes, su no practicantes, sus decálogos y su dar sentido a la vida. La verdad es que religión es una palabra demasiado gastada por el uso, que significa demasiadas cosas y, claro, nada. Prefiero filosofia, igual de manida pero sin esa carga clerical que al menos aquí en Europa, la hace francamente impertinente.