La zaragotona, también conocida entre otras denominaciones como coniza o psilio es una hierba o maleza, cuyas semillas de tonalidad marrón, tienen propiedades caminativas, usada desde la antigüedad y que actualmente es componente de varios laxantes. Se ha comprobado que funciona también como antiinflamatorio.

La acción laxante se la confiere el mucílago, una fibra soluble que al rodearse de agua hace aumentar el volumen de las semillas y de las heces que se tornan gelatinosas y con ello protegen, desinflaman y suavizan el tracto digestivo, pues además, es una fibra viscosa que lo lubrica. Por eso además de usarse para combatir el estreñimiento también favorece a quienes padecen de hemorroides. Sin embargo, aunque parezca ambiguo, al desinflamar y aumentar la consistencia de las heces, también se usa en los casos de diarrea crónica.

Otros de sus usos, es para bajar el colesterol, ya que lo elimina antes de que se absorba por la sangre, y como preventivo del cáncer, en especial el de colon. Produce saciedad, por lo cual se usa en dieta para adelgazar.

Puede usarse en forma natural o en preparados farmacéuticos. En el primer caso, al no estar procesada puede afectar los riñones, por lo tanto se recomienda comprarla ya preparada, y también pues puede confundirse con otras hierbas no comestibles. Debe tomarse con líquido abundante.

Es conveniente no consumirla sin consultar previamente al médico, a pesar de ser muy beneficiosa, pues en casos particulares puede ser contraproducente, por ejemplo si hay obstrucción intestinal, ya que al agrandar las heces profundiza el problema; o para los diabéticos ya que puede ser necesario regular la medicación, al bajar el azúcar en sangre. Puede también ocasionar alergias.

Si decides hacer una ingesta de las semillas naturales asesorándote bien sobre su autenticidad, debes primero triturarlas bien y luego colocarlas en agua, durante dos horas. Recién allí, y luego de colar el agua puedes consumir las semillas, colocando en un vaso de agua, una cucharada sopera. No tomar más de dos vasos al día, uno al levantarse y otro al acostarse. No se recomienda en las comidas pues puede evitar la absorción de nutrientes.