Comer sin pensarPensar es una capacidad humana que nos permite actuar en pos de nuestro beneficio físico, psiquico y moral. Los animales tienen ciertos instintos que los hace «conocer» qué plantas les resultan curativas y cuáles dañinas, aunque a veces se intoxican con ciertos alimentos. El ser humano, gracias a su razón y a los avances de la ciencia puede diferenciar los alimentos sanos de aquellas comidas que lo dañan; y debería poner un límite a su ansiedad por comer sin tener hambre, salvo por supuesto, que se encuentre en una situación límite o sin recursos para elegir. Sin embargo la realidad nos muestra otra cosa: el ser humano consume lo que le hace mal o más de lo que su cuerpo necesita en forma conciente del daño que se provoca. La alimentación debe ser una actitud premeditada y absolutamente conciente si queremos gozar plenamente de nuestras vidas, y eso lo debemos aprender desde niños para que se forme el hábito. Si ya somos adultos podremos hacerlo, aunque desarraigar una costumbre (la de comer mal) es más dificultoso.

Otra cosa que me responden muchos que comen carne, escuchando mis argumentos para ser vegetariana es que no se ponen a pensar de donde proviene el alimento que se están llevando a la boca: un trozo de carne es solo eso, y no el producto de una acción humana que terminó con la vida de otros ser vivo. Esto, a mi criterio, es evadir el poroblema, es no hacerse cargo de la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos como seres racionales y hacia los demás. Si alguien elige concientemente comer carne por las razones que quiera sustentar, es válido (nadie es dueño de la verdad) pero elegir qué comer, cómo vivir, a quien ayudar, qué ideas tener, etcétera, es lo que nos hace ser seres libres únicos y éticos.

No resignemos ese privilegio que la naturaleza nos dio, el don de pensar, y cada vez que hagamos cualquier acción entre ellas comer, pensemos qué estamos comiendo, si eso nos beneficia o nos perjudica; y si tenemos el derecho de apropiarnos de la vida de otros para satisfacer supuestas necesidades que pueden estar cumplidas más sanamente por otros medios.