Esta receta altamente proteica es un regalo de la cocina del Oriente Medio, que hará la delicia de nuestros comensales antes de saborear el plato principal. Ojo, que es tan rico que a lo mejor se sacian untando el paté en los panecillos, así que si preparan además otra delicia, avisen a los comensales para que se reserven para ella.

Ingredientes

½ kg de garbanzos remojados y cocidos
¼ taza de agua
2 dientes de ajo
2 cucharadas de semillas de sésamo
2 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de jugo de limón
1 pizca de sal y otra de pimienta negra
Pimentón dulce para espolvorear

Preparación

Remojar los garbanzos durante 12 horas y luego cocinarlos hasta que estén tiernos (varía el tiempo según el tipo de olla). Lavamos bien el sésamo, lo tostamos, lo trituramos con un molinillo y lo mezclamos con el aceite de oliva. Colocamos los garbanzos, el sésamo, el ajo, la sal, la pimienta y el jugo de limón en la procesadora y trituramos todo, hasta que se forme una pasta. Retiramos, le incorporamos el agua, colocamos la mezcla en una cazuela y la espolvoreamos con el pimentón dulce. Como opción podemos reservar algunas semillas de sésamo para decorar. Se sirve como entrante acompañada de pancitos (tostados o no) para untar.