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Propiedades del aceite de ajo
Hilda el 17 de julio de 2013
La eficacia terapéutica del aceite de ajo, reconocida ya por los primeros pueblos de la historia humana, como los sumerios y egipcios, proviene de la alicina, que también le da su fuerte olor característico y del alil-tetrasulfuro, que se encuentra en muy pequeñas proporciones. Su acción es la de un potente bactericida.
Posee además vitaminas B3, B6 y vitamina C, aminoácidos, y minerales.
Puede hallarse en farmacias y dietéticas en forma de perlas, para consumirlas enteras y no sentir el gusto; o en forma líquida para agregarse a las ensaladas, y hacerlo en casa artesanalmente.
Es muy favorable para depurar las vías respiratorias, cuando se padece por ejemplo asma o catarro, pues aumenta las secreciones y las desinfecta.
También actúa como antiparasitario, eliminando lombrices que se hospedan en el intestino; refuerza el sistema inmunológico, es antioxidante, depurativo, diurético y antiespasmódico.
Ayuda a la mejora del funcionamiento del aparato digestivo, pues aumenta la secreción de bilis y de las mucosas gástricas, ayudando también a la formación de la flora intestinal.
Es un gran aliado del buen funcionamiento cardiaco; útil para evitar la formación de tumores malignos o reducirlos, y en dietas adelgazantes.
Se puede preparar en casa, pelando cuatro ajos enteros (usando todos los dientes), y mojándolos en jugo de limón. Luego se los coloca en una fuente, cubiertos con aceite de oliva mezclado con orégano y se los introduce en horno caliente, durante cuarenta minutos. Se sacan del horno, y cuando están fríos, se cola el aceite y se lo pone en un frasco de vidrio bien limpio, añadiendo también los ajos que quedaron. Guardar en la heladera, por no más de una semana.









23 de julio de 2013 a las 9:33 pm
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