Al estar compuesto de almidón, el arroz constituye un alimento muy digerible y fácil de descomponer por los jugos gástricos, además de contribuir a darnos vitalidad y energía.

Un plato de arroz blanco común se digiere en dos horas, mientras que uno de arroz integral necesita tres horas, debido al alto contenido en fibras que contiene.

El arroz blanco pierde buena parte de sus vitaminas cuando se le realiza el proceso con el cual desaparece la corteza exterior. Al integral no se le quitan estas capas, por lo tanto tiene un alto contenido de fibras.

El arroz precocido es muy nutritivo porque el proceso de su elaboración permite conservar íntegras las vitaminas y minerales.

El tipo de arroz con más proteínas es el integral, con 8,35 %, contra 7,24 % del blanco. En fibras, el primero posee 2,02 y el segundo, 0,8 %. Con respecto al sodio, 11,6 %, contra 7 %. El hierro se encuentra en el integral en 3,1 %, contra 1,5 % del blanco, y el calcio 18 % contra 7,75 %.

Los celíacos pueden consumir arroz, por carecer de gluten. Puede usarse en dietas para adelgazar porque provoca saciedad con pocas cantidades. Como plato único se calcula media taza por persona como ración adecuada. esto aporta, en caso del arroz blanco 103 calorías, y 108 en el integral.

El arroz blanco, y especialmente el agua de arroz se usa para combatir la diarrea. Para quienes sufren de estreñimiento optar por el arroz integral.

Es además parte de la dieta de quienes sufren de hipercolesterolemia, diabetes e hipertensión arterial. Por ayudar a eliminar líquidos es fundamental en casos de problemas renales. Por su reducido número de grasas ayuda al buen funcionamiento cardíaco.