¿Qué es?

El regaliz es una hierba perenne originaria de Asia menor y de la Europa mediterránea. También se la conoce como “palo dulce” y tiene su raíz propiedades saludables. Se comercializa en herboristerías y farmacias, en presentaciones tales como cremas, tinturas, caramelos o cápsulas, o suelen también venderse las raíces secas para tomarse en infusión, según sea el uso externo o interno.

¿Qué contiene?

Contiene azúcares (se lo usa como endulzante) saponinas, aminoácidos, taninos, betacarotenos, proteínas y ácidos. Destacan entre sus vitaminas la Tiamina y la vitamina C, y entre sus minerales, el potasio, el calcio, el cromo, el magnesio, el cobalto, el cromo, el silicio y el sodio.

Su principio activo es la glicirricina, aunque se pueden adquirir productos de regaliz que no la contienen pues en algunos casos, la glicirricina puede provocar efectos nocivos, como retención de líquidos e hipertensión arterial.

En uso interno

Incorporando el regaliz al interior de nuestro organismo brinda protección al aparato digestivo, desinflamándolo, equilibrando la motilidad y reduciendo los espasmos. Principalmente se usa en casos de gastritis y de úlceras estomacales. Es bueno para el hígado, es bactericida, antiviral, antidepresivo, ayuda en las infecciones de garganta, en las gripes, en los calambres, y hasta se asegura que alivia los síntomas de la menopausia y del SIDA. No exceder en las infusiones de 3 milímetros por día y en un período que no exceda de un mes.

En uso externo

Aplicado externamente se utiliza para el tratamiento de hongos, herpes, psoriasis, eczemas, para el tratamiento de la caspa y de la caída del cabello.

Advertencias

No debe usarse el regaliz con glicirricina en personas que padezcan de hipertensión, diabetes tipo II, cardiacos, embarazadas o en enfermos de hepatitis.

Si se están tomando medicinas, consultar al médico pues el regaliz puede interferir o potenciar sus efectos.