Es una planta de origen oriental, más precisamente es oriunda de Corea, con efectos muy valorados por esta civilización, que llegó a occidente para consolidar su prestigio.

La raíz, que es la parte que más se aprovecha, contiene betacaroteno, fitoesteroles, vitaminas C, B, calcio, cobre, hierro, magnesio, fósforo, sodio, potasio, zinc, fibras, proteínas, ácidos grasos esenciales, aminoácidos, glucosa, sacarosa y maltosa. Su raíz, hojas y yemas, poseen ginsenósidos, que provocan que las moléculas de oxígeno se asdhieran a esos compuestos, lo que facilitan que las células tomen contacto con él, y lo aprovechen, con efectos energéticos, mejorando en forma considerable el metabolismo; muy útil para deportistas, además combate el estrés, y es un eficaz antidepresivo y estimulante cerebral.

Es afrodisíaco, mejora la piel, estimula el aparato circulatorio, beneficia la diabetes y baja el colesterol. Combate el estreñimiento, previene la osteoporosis. Es anticancerígeno y antibacteriano al fomentar el aumento de los glóbulos blancos, función semejante a la que cumplen los antibióticos.

Se recomiendan dos tazas de té diarias, o en productos farmacéuticos, generalmente presentados en combinación con vitaminas y minerales, prescriptos por el médico, aún cuando sean de venta libre, no más de 1 gramo al día. No es recomendable en niños ni en embarazadas, ni en hipertensos.