Malos hábitos alimentariosAlimentarse es una necesidad para mantener en óptimo estado nuestra salud psicofísica, y es por eso que debemos ser concientes de lo qué comemos, cuando y como lo hacemos.

Muchas veces no sabemos por qué nos sentimos mal, con trastornos digestivos que afectan nuestro rendimiento diario y nos causa mal humor, y la explicación sea tal vez que hemos comido en exceso, suprimido el desayuno, ingerimos la comida apurados y sin masticar, o lo hemos hecho estresados.

Así como necesitamos dedicar tiempo y planificación para atender a nuestras familias, el estudio y el trabajo, también debemos dedicar tiempo a nuestra salud, pues sin ella, no podremos hacer el resto de las cosas que nos proponemos. Eso incluye una alimentación saludable, ejercicios físicos y distracciones.

Se debe comer saboreando lo que llevamos a la boca, pero sin que eso constituya un premio ni un castigo. Es frecuente que al ver nuestro peso en la balanza, si es mucho, nos castiguemos con regímenes demasiado estrictos; o si los chicos se portan mal, se les quite sus alimentos preferidos, o lo que es peor, no se la dé ningún alimento. Esto está muy mal, el alimento no es premio ni castigo, es una necesidad vital, como dormir o ir al baño, y no puede jugarse con ello.

Las comidas diarias deben ser seis, decreciendo gradualmente las calorías ingeridas en cada una de ellas, sin que en ningún caso nos sintamos pesados. La hora del almuerzo y la cena son momentos que deberían ser agradables para compartir en familia, sin interferencias, como sucede muchas veces con el televisor.

Comer sano puede ser absolutamente placentero si uno se acostumbra a ello. No obligar a los niños a comer lo que no desean, simplemente ofrecerles; veremos que paulatinamente sentirán curiosidad y acabarán probando y prefiriendo lo sano a lo indigesto. Usar harinas y arroz integrales, y como golosinas, frutos secos y cereales.

Como bebida, el agua es la mejor opción, y los jugos naturales de frutas. Las gaseosas son muy malas.