La granola se utiliza por sus características nutritivas, fundamentalmente en el desayuno, ya que aporta suficiente energía y nutrientes para comenzar la jornada a pleno. Está elaborada en base a nueces, copos de avena, germen de trigo, almendras o maní, a los que se adiciona miel.

La preparación debe cocinarse a fuego lento, revolviendo, hasta que se torne crocante.

Es muy rica mezclada con frutas frescas, como frutillas, manzanas, bananas o peras y unas cucharadas de yogur, además de adicionarle pasas de uva.