La tarea de reciclaje, que consiste en juntar los productos de desecho no orgánicos (papel, cartón, bolsas de nylon, plástico, latas, vidrio, chatarra) clasificarlos, y luego procesarlos en forma artesanal o industrial para que vuelvan a ser objetos útiles para su utilización, con el mismo fin u otro parecido, o tal vez diferente (he visto casas construidas con botellas plásticas vacías, que unidas, hacían de paredes) es de crucial importancia para el cuidado ambiental, pues la acumulación de residuos puede resultar altamente contaminante, al ser volcado al aire libre o quemado; y aún por motivos económicos, ya que se ahorra mucho dinero y recursos (que se agotan) reutilizando lo que ya teníamos en circulación. Otro ahorro es el energético, pues es mucho menor la energía que se usa en el reciclado que para generar productos nuevos.

El común de las personas seguramente quedará en los primeros pasos del reciclaje (juntar y ordenar) pero eso ya es muy importante, porque luego el procesamiento ya cuenta con la materia prima necesaria.

De solo pensar la cantidad de árboles que podemos salvar, y con ello, los pulmones del planeta, con tan solo reciclar el papel, esta tarea está plenamente justificada como indispensable para los tiempos que corren. Educar a los niños en el amor a la naturaleza y la necesidad de preservación, es una tarea conjunta de la familia, la escuela, entidades gubernamentales, medios masivos de comunicación, y de cualquier miembro de la sociedad comprometido en la transmisión de valores para un mundo más saludable, recordando que el mejor modo de enseñar es con el propio ejemplo.