Tomar mate es desde hace cientos de años una especie de ritual en América del Sur, sobre todo en Uruguay. Actualmente, y desde hace unos años, su consumo está creciendo espectacularmente en Europa.

Esta yerba, que suele elaborarse a modo de infusión y empezó siendo utilizada por los indios guaranís, se obtiene del fruto de una calabaza llamada lagenaria vulgaris. Aunque puede tomarse como cualquier infusión, es costumbre utilizar un artilugio llamado cañita o bombilla (tacuerí es su nombre originario) con una semilla hueca en el extremo a modo de filtro. La operación es simple: sólo hay que sorber la cañita.

El sabor del mate es amargo, ya que contiene taninos, glicósidos y una buena dosis de cafeína. No obstante, o precisamente gracias a esa composición, su ingestión proporciona grandes beneficios para la salud: proporciona energía, estimula la rapidez mental, posee efectos diuréticos, fortifica el sistema inmunológico y, según dicen, incluso alarga la vida.

Para tener siempre a mano: Mate: su historia y cultura